miércoles, 6 de diciembre de 2017

LA TOS

Entro en tu casa y adopto todas las formas. Ahora que fumas soy el cenicero y también el cigarrillo. Soy el humo que tragas con ansia. Me centro en eso. Recorro tu laringe y la araño para provocarte una tos fea. Llego a tus pulmones; están negros, carbonizados, invadidos por larvas de nicotina. Las aniquilo y dejo tu aparato respiratorio limpio, bien sano. Deseo que inhales el aire y notes la diferencia. ¡Qué bien!, ¿verdad? Luego, cuando sientes en ti el milagro, adopto la forma de un alfiler y agujereo insistentemente tus órganos para que mueras de una hemorragia interna.

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