sábado, 18 de noviembre de 2017

PATOSO

Estoy orgulloso de no odiar a nadie; de no recurrir a los malos pensamientos para acertar; de no pensar en el dinero. Estoy satisfecho de sentirme una hormiga; de perderme en los mercadillos, incluso en los laberínticos de mi conciencia; y de no aclararme cuando busco respuestas. No me importa cuando la gente no me identifica por la calle. La vida es extraña, te levantas y no sabes con quién van a confundirte. «¿Carlos? ¿Fernando?» Ellos disparan. Me miran raro. Yo les sigo la corriente. No saben que cuando te retocas el rostro estéticamente puede quedarte la cara de pato.

No hay comentarios:

Publicar un comentario