jueves, 12 de octubre de 2017

DERECHO A BUTANO

Cuando la bombona de butano se hace verbo es que se producen cambios que sugieren a la lengua. El mozo que carga esas botellas de gas –que también adjetivan un color intenso–, está infinitivamente realizando la tarea de butanear, por lo que podemos decir que está butaneando y puede sentirse butaneado en su impersonalidad. Si nos basamos en su presente, butanea, pero ha butaneado desde siempre, su pasado perfecto lo avala. Ofrece butano con una camioneta que transita ruidosa por las calles. Da un servicio a la gente que, en cualquier territorio e idioma, sigue prefiriendo este rústico sistema. De ahí que en algunas demarcaciones donde la A se pronuncia muy abierta –marcada con un acento inverso o grave–, muchos de sus habitantes prefieran «butà». Y está muy bien que lo quieran, porque subjuntivamente es necesario que haya alguien capacitado y profesional que butanee. Todos tenemos derecho a butano. 

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