domingo, 3 de septiembre de 2017

HACIENDO AMIGOS

Puedo componer un esqueleto con palos de distintas medidas y grosores, rellenar las cavidades internas con los órganos y la carne de animales muertos y recubrir con papel film, a modo de piel, esa estructura corpórea, maloliente y sanguinolenta, para que todo quede embutido en una pieza y tome apariencia humana. Luego, a través del don que Dios me ha dado, impongo mis manos sobre su cabeza, una esfera de madera y el mocho de una fregona, y, pronunciando una oración especial con toda mi fe, puedo dotar de vida a esa masa repulsiva. Es así como yo hago amigos.     

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