lunes, 4 de septiembre de 2017

ENERGÍAS

Un buen camarero que se precie debe esperar entre cinco y siete minutos en retirar una mesa. Los más experimentados saben que las energías, ya sean buenas o malas, quedan suspendidas en el ambiente, por lo que no es conveniente, como digo, despejar la mesa al poco de levantarse los clientes. Hay peligro, y mucho. El camarero novato, al que solo se le inculca rapidez y esmero en remontar mesas, desconoce esta consideración tan valiosa. De ahí que, al final de temporada, muestren los síntomas de haber absorbido las energías más tóxicas y hayan alcanzado un estado de salud irritante y penoso, que apuntará, indudablemente, a una muerte prematura. 

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