jueves, 2 de febrero de 2017

UN ARTISTA

Entre estas cuatro paredes –rectifico, seis, hay techo y suelo, gracias a Dios–, doy rienda suelta a mi imaginación. Quizás demasiado. La barba me ha crecido y no me he dado ni cuenta. Seguramente huelo mal, solo me lamo un poco por las mañanas. ¿Por qué debemos lavarlo todo con agua? Prefiero humedecerme con el rencor y el desprecio de mi saliva, y crear una versión de mí mismo nunca vista. Expresar alegría se ha vuelto imposible, igual que mezclar estos colores de mierda. Odio la música de fondo que me pongo, aunque me alimenta; me hace superior, cruel, lívido de furia. Y remueve en mí el vicio; ese mismo que tuve con las máquinas tragaperras. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario