martes, 14 de febrero de 2017

SU PRIMER WHATSAPP

Me gusta observar como mi madre escribe un mensajito por el móvil. Se lo he dejado porque quiere enviarle un whatsApp a mi hermana. Se acomoda en su viejo butacón de realizar labores y lo redacta poco a poco, con un dedo, poniendo los cinco sentidos. Seguramente acabará lleno de faltas de ortografía, de esas tan escandalosas que dañan la vista. Pero no importa. Viéndola, ahí, toda puesta, se me inundan las pupilas y el alma. Me derrito. Porque todo en ella me provoca ternura; la añoro en vida y no puedo evitar que me palpite la nostalgia del ahora.

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