lunes, 5 de diciembre de 2016

REENCARNACIÓN

No recuerdo prácticamente nada de cuando morí. Solo vagas imágenes en una estepa protegiendo a mis cachorros hiena de un ataque salvaje. He vuelto otra vez a la vida, como un ser humano. Pero no logro adaptarme a este cuerpo de mujer, que anda nervioso por esta Rambla concurrida de turistas. Me he visto. No soy guapa. Tengo ojos de loca, y me resulta imposible esconder esta risilla macabra que tengo. Doy miedo. Y tengo hambre. Mucha hambre. Ansia por devorar salvajemente cualquier cosa. Desde unos espaguetis con tomate a los estómagos voluminosos de los paseantes que me voy encontrando.

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