miércoles, 26 de octubre de 2016

UNA FAMILIA

Tengo el carácter conformista de mi hijo, un pastor alemán perezoso que se funde con la cama, el sofá… Entiendo a los animales, son paradójicos como nosotros. En realidad yo soy una esbelta jirafa, despierta, apta para el ramoneo. Qué gracia de palabra, ¿verdad? Procuro ramonear en el jardín de casa, pues no me fio de los que comen carne. Mi marido tampoco es humano. Es un oso. Ha vuelto a atascar el váter. Dice que come verdurita, pero deberíais ver cómo descarga. Qué gracia de analogías, también. Un oso cagón, una jirafa risueña y un perro holgazán. Una familia. 

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