miércoles, 24 de agosto de 2016

SUSURRAR A LOS BUITRES

Qué bueno es comer cuando se tiene hambre. Masticar, saborear, engullir… Es una señal básica de que se goza de la vida. La mujer que lo dejó todo por los buitres había perdido el apetito, y más cosas. Dedicaba su tiempo a las atenciones de estos rapaces carroñeros y apenas nada a la cocina. Os puedo asegurar que solía disfrutar con unos simples boquerones o unas olivas. Ahora tendríais que verla. Está delgada, pálida, desnutrida, inmersa en lo caótico de la vida, y acudiendo cada mañana a esa horrible granja de aves que esperan con recelo a que caiga desmayada. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario