martes, 12 de julio de 2016

EL AMAGO

Hace rato que el mozo del bar ha rebasado los niveles de confianza. Me habla de la añoranza que siente por su madre aun teniéndola trabajando en la cocina. Y yo, por no parecer un tipo desalmado, le pregunto:
–¿Cómo puedes echarla de menos si está aquí, contigo?
–Es un sentimiento espiritual muy profundo –exclama palmeándose el pecho.  
Y sigue explicándome, con afección maternal, ese estado inconmensurable que le domina, sin captar la indiferencia que yo siento por su charla, cargada de frases almibaradas y abstractas. Hasta que hago ademán de tirarme un cuesco. Entonces, comprende que no soy el cliente adecuado.    

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