viernes, 3 de junio de 2016

MILAGROS

El señor solitario ve demasiado la tele. Las películas, las series y los programas le provocan enfermedades inexistentes. Luego, a mí, me toca tratarlo. Soy especialista en este tipo de dolencias que parecen ficticias. Poca broma. El señor no finge cuando tiembla o se desmaya, o cuando se le paraliza el cuerpo, o incluso cuando pierde la visión o se queda sordo. Los medicamentos no le hacen efecto, solo mis metáforas sobre la vida y los viajes organizados a Lourdes. En ese lugar sagrado, mediante el rezo y el trasiego, el inconsciente le hace clic y le desaparece el problema. 

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