martes, 31 de mayo de 2016

OJOS

Los ojos color de gacela que huye despavorida no tienen nada que ver con los ojos color de hipopótamo que se revuelca en el barro. La mirada que suscitan los primeros es asustadiza, algo nostálgica, poseedora de un tic nervioso que se intercala con el titilar de las estrellas. Los otros, en cambio, son más canallas. Sus pupilas dilatadas dicen que sí cuando su parpadeo hace pensar lo contrario; miran con descaro, de hito en hito, y además provocan escalofríos. Son las apreciaciones que hago al observar a estos dos rapaces que intentan ligar conmigo; nada concluyentes, lo sé, pero suficientes.

sábado, 28 de mayo de 2016

SEQUÍA CREATIVA

El escritor que descubría el mundo cada cinco minutos padecía sequía creativa. Las veces que se le secaba la cabeza y no encontraba alternativas, un dolor lacerante y opaco se le incubaba en el cuerpo. Se despertaba nervioso, con miedo a no imaginar cómo es debido. Y, para recuperarse, no le valían las pastillas ni los remedios caseros, solo las palabras dichas con gracia. Tenía entendido que provocando el bostezo se abrían los oídos, y el aire cimbreante que entraba lo aliviaba todo, pues se metía directo en las pupilas y éstas, al dilatarse, otorgaban visiones nuevas de la vida.  

miércoles, 25 de mayo de 2016

INFINITO

No sabía que le había golpeado en la nuca, aunque poco importaba; ya conocía el infinito. Sin embargo, dudaba tanto de su propia existencia que prefería ser prudente y no hablar a nadie de tan excelsa sensación. Solo sonreía y bostezaba; y suspiraba por cada cosa que hacía. Se paseaba como un autómata. De aquí para allá; sin descanso. Hasta que su estómago le pedía alimento. Entonces, entraba en un bar y pedía unos macarrones con tomate, que se desparramaban por el suelo a medida que los engullía. Se encogía avergonzado y miraba a los lados, de reojo. Apenas existía. 

lunes, 23 de mayo de 2016

CAMIONEROS

Seguramente existan señores delgaduchos interesados en la poesía y la reflexión filosófica que conduzcan grandes camiones articulados, pero cuesta imaginarlos repantigados en esos asientos ergonómicos formando un todo con el camión. Quizás, los hombres cargados de hombros, barrigudos, de patillas pobladas, con gorra, camisa abierta mostrando pelambrera y un mondadientes encajado entre sus labios, dibujen mejor el estereotipo de una profesión que, a mi entender, está cruelmente castigada por comentarios de mal gusto, que siempre hacen referencia a historias morbosas y de alterne; sin atender, siquiera, a lo que verdaderamente tiene valor: el viaje como medio de introspección del individuo.

domingo, 22 de mayo de 2016

BAJADA DE BANDERA

El señor desengañado aprovechó el trayecto para enumerarle al taxista los defectos de su mujer:
‒Es fría. Calculadora. Tiene los ojos hundidos, muy pequeños. Su nariz es grande, ganchuda. De tez pálida. Poco risueña. Labios de frankfurt, operados. Tiene el don de poner en berlina a cualquiera. No le gusta el vino, ni la cerveza; solo los chupitos imbebibles de colores. Es puñetera. Gritona. No le digas de dar un paseo, ni la cojas de la mano; enseguida te escupe al suelo. Y su mandíbula: desencajada, como una auténtica cromañona...
‒Sí, sí… Son quince euros.

‒Gracias por el servicio, Paco.

viernes, 20 de mayo de 2016

LA LOGÍSTICA

La señora del quinto se pasa los domingos cocinando y llenando tapers de comida. Los tiene organizados por colores. Los de tapa azul corresponden a los platos de cuchara: lentejas, cocidos. Los de tapa roja a los más socorridos: librillos de lomo rebozado, albóndigas con salsa, escalibada, canelones, longanizas con tomate. Los de tapa verde contienen un buen surtido de croquetas: de bacalao, jamón y pollo. También llena algunos recipientes herméticos con caldo casero; el de pescado les encanta. La señora es madre y tiene dos hijos emancipados que estudian fuera, aunque vuelven a casa todos los fines de semana.   

jueves, 19 de mayo de 2016

ALMAS GEMELAS

Para no rumiar el pasto repugnante de mis pensamientos, entro en el bar más concurrido que encuentro con la intención de pasar la tarde. Me siento en una mesa y pido el primer gin tonic. El ambiente resulta ensordecedor. Es ideal. No pienso. Me centro solo en las personas; las que entran, las que están en las mesas, las de la barra… Al observarlas, imagino sus vidas y siento un apego muy especial, como si las conociera. En la mesa del fondo, hay una chica solitaria que me acecha con la mirada, aunque hace como que lee el periódico. También toma cubatas. 

viernes, 13 de mayo de 2016

RECREACIÓN GASTRONÓMICA

El reputado cocinero procedente de Hong Kong nos elaboró una paella con evidentes toques orientales. Le puso gambas peladas, trocitos de tortilla a la francesa, jamón dulce, huevo cocido, zanahoria rallada y brotes de soja, e incluso se atrevió con olivas rellenas. Nos la sirvió en el típico recipiente de hierro de dos asas, colocado en el centro de la mesa, para que la comiéramos directamente de ahí. Había que hacerlo con ansia, como con la comida rápida de las franquicias hamburgueseras. Algunos críticos tenían razón al considerar que su restaurante era un espacio gastronómico donde todo alcanzaba otra dimensión.

martes, 10 de mayo de 2016

SETENTA AÑOS DE MALDAD

Una presencia fantasmal sorprendió a un señor que estaba destinado a morir en poco tiempo. El espectro apareció en el zaguán de su mansión, antes de salir a la calle, repitiéndole una frase inquietante que describía los antecedentes más oscuros de su vida. Le aconsejó que se quitara importancia desde ya, que fuera más humilde, pues morir perdido tenía remedio si obraba adecuadamente y empequeñecía alguna vez su ego. El señor sintió como el frio se calaba en sus huesos, a la vez que un mal presentimiento: percibir aquella visión el día de su cumpleaños no podía significar nada bueno. 

domingo, 8 de mayo de 2016

LA TRAMONTANA

Los días que arrecia la tramontana salgo de casa con el diablo metido en el cuerpo, con ganas de buscar pelea. Miro a la gente con rabia; predispuesto a levantar la mano a cualquiera. En el metro, cogidos de la barra, están los peores; los que marcan músculo y se creen superiores. Esos me ponen enfermo. Les daría una somanta de palos, a diestro y siniestro, con la mano bien abierta, ¡¡placa-placa!!, hasta dejarlos girados. Los remataría con mi puño, desplomándolo sobre su cabeza de chorlito, de arriba abajo, a lo Bud Spencer. Y todo por culpa del dichoso viento.

viernes, 6 de mayo de 2016

PUBERTAD

Empezó el día mirándose al espejo y diciendo en voz alta:
–¡Dios mío! ¿Cuánto tiempo he de aguantar esto?
Llevaba meses afeitándose con sumo cuidado. Su rostro estaba plagado de pequeños forúnculos maduros. Se repugnaba; se veía horrible, deforme. Su semblante era lo más parecido a un accidente rocoso plagado de minas explosivas, y sentía tanta lástima de sí mismo que le costaba respirar; no encajaba en la estética de este mundo. Sus pupilas apagadas se lo dejaron claro: hoy era el día. Cogió la maquinilla y, sin temblarle el pulso, pasó rasante la afilada hoja por sus granos infectados.

BOVINOS DE COMPANÍA

Los toros rechonchos son bestias afectuosas a las que cuesta matar en los ruedos; desvirtúan la fiesta y la encauzan a una realidad incruenta. Ante esa mimosa redondez, más propia de los peluches, el torero, agresivo por naturaleza, se ve incapaz de expresar su interioridad. El astado no le ayuda, se muestra pasivo, bondadoso, y de nada le sirve presentarle la muleta para que la siga, o provocarle con la espada. El animal no atiende a los lances de la lidia, y el pobre matador, que sufre en demasía, no es capaz de expresar todo el arte que lleva dentro.

jueves, 5 de mayo de 2016

ESPERANDO EL BUS

La señora llevaba una bolsa de plástico llena de fruta cortada en porciones. Parecían trozos de manzana, pera, melocotón… Estaban tan oxidados que habían tomado un color feísimo. Se acercó a mí masticando con la boca abierta y moviendo la bolsa con ademan de ofrecerme.
–¿Quieres?
–No, gracias –le dije
–¡Coge, hombre, se te van los ojos! –insistió
–Qué no, gracias –le reiteré.
Supongo que advirtió mi cara de asco. Su mirada se volvió siniestra. El cielo, que brillaba, se cubrió de oscuros nubarrones, y, en los nuevos detalles, observé como la sombra de aquella señora adoptaba una apariencia sobrecogedora.

lunes, 2 de mayo de 2016

LA MESA CAMILLA

El señor que quería escapar de sí mismo solo podía hacerlo adoptando la apariencia de una mesa camilla. Se ajustaba una chapa circular de contrachapado en la espalda y se cubría totalmente con una funda gruesa de tela. Con unos velcros, se adhería una preciosa mantilla de blonda y algunos complementos decorativos en el centro, que dieran un toque distinguido. Luego, cuando formaba un todo estable, se situaba en la salita de estar de su casa, bajo la cálida luz de la lámpara de araña, y, a cuatro patas, esperaba inmóvil a que la familia se sentara a su alrededor.   




Relato finalista en Wonderland el 28/05/2016