martes, 12 de abril de 2016

SEÑALAR MAL TIEMPO

Pensábamos que a doña Rosa le llegaría la muerte por desgaste, como cuando una sierra pierde los dientes o un apero envejece por el uso. Gozaba de muy buena salud, aunque debía poner los cinco sentidos en todo lo que hacía, pues sus manos eran algo torpes y alguna vez le señalaban viento. Una noche, mientras trasladaba un cuenco de escalibada a la mesa, le cayó el contenido encima de la blusa de su hija. Ésta, exaltada, menospreció tanto a su madre, que doña Rosa sucumbió durante la cena, cortando pan con un cuchillo que señalaba ciclones y agitadas tormentas.

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