sábado, 13 de junio de 2015

SUSTANCIA CICLISTA

Mi excentricidad como ciclista de carreras es que antes de adaptar mí posición aerodinámica sobre la bicicleta debo degustarla. Le doy un buen repaso con la lengua a las zonas de apoyo, el manillar, el sillín y los pedales. La fibra de carbono de la horquilla y la aleación de aluminio del cuadro son sustancias insípidas que apenas chupo. Eso sí, relamo los platos y piñones sin freno, me pongo las botas con la grasa de la cadena y con el barro de las cubiertas que se queda entre mis dientes paso los finos radios de las ruedas y listo.





Versión extendida para ENTC (Esta noche te cuento). Tema: La bicicleta

DEGUSTACIÓN TUBULAR

Muchos deportistas de élite recurren a diferentes rituales para atraer la buena suerte y ganar sus encuentros. El bueno de Federico no era uno de ellos, pero sí era un supersticioso empedernido amante del ciclismo. Su excentricidad inconfesable era que, antes de adaptar su posición aerodinámica sobre su bicicleta de carreras, sentía el impulso irrefrenable por degustarla como si fuera un helado. Escondido en el almacén, se recreaba dándole un buen repaso con la lengua a las zonas de apoyo: el manillar, el sillín y los pedales. La fibra de carbono de la horquilla y la aleación de aluminio del cuadro eran sustancias insípidas, por lo que apenas las chupaba. Se dejaba las mejores partes para el final. Volteaba la bici del revés y relamía sus platos y piñones sin freno, se ponía las botas con lo grasa de la cadena y, si quedaban partículas de barro entre sus dientes al mordisquear las cubiertas, se pasaba los finos radios.

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