martes, 19 de mayo de 2015

NO ME FÍO



Suena el timbre. Oigo voces que no identifico. Me acerco sin hacer ruido a la mirilla y observo a dos hombres y una mujer. Han accedido al edificio. Alguien les habrá abierto. Yo solo abro al cartero, y a estas personas, aunque no tienen malas pintas, no las conozco. Mis padres me han dejado bien claro que debo hacer cuando me quedo solo y llaman desconocidos. La mujer se sitúa entre ellos, esboza una sonrisa postiza y saca varios sobres blancos y de color salmón de una bolsa de papel. Siguen dándole al timbre. No sé, pero no me fío.

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