sábado, 28 de marzo de 2015

VIGILANCIA


Visto desde arriba, los usuarios de la ciudad eran como colonias de hormigas que se movían de casa al trabajo y del trabajo a casa. Los fines de semana ese rutinario movimiento cambiaba; se movían muy poco o incluso se mantenían quietos. Si hacíamos un zoom al grupo de viviendas arquitectónicamente semejantes y elegíamos una al azar, podíamos espiar a través de la ventana a una familia mientras desayunaba, y constatar como uno de los miembros, el más joven, observaba sorprendido la pantalla de su móvil donde un mensaje wassap anunciaba que su amigo Manuel acababa de abandonar el grupo.


Relato finalista en Wonderland el 28/03/2015 
El relato ganador fue
"La cesta de la compra", de Ma del Rosario Val (Rosy). También estuvieron entre los finalistas "Eficacia" de Lola Sanabria; "La educación de los hijos" de Pedro Herrero; "Monstruos" de Mei Morán y "La última partida" de Gabriel Pérez Martínez. Clica AQUÍ para leer sus micros.

lunes, 23 de marzo de 2015

EL SUPERVIVIENTE



Los pasajeros sabíamos que aquella sensación de hundimiento no era por los súbitos cambios en la dirección y la velocidad de las corrientes de aire. El avión temblaba y crujía de otra manera. Nos precipitábamos. La histeria y los gritos se apoderaron de todos, menos de la señora que tenía al lado. Con una tranquilidad pasmosa, sacó un tupperware de su mochila con pollo a l’ast troceado, su aroma era inconfundible. Empezó a zampárselo en medio de lo inminente y, chupándose los dedos, me dijo: si la muerte ha de llegar, al menos, que nos coja con la tripa llena.

domingo, 22 de marzo de 2015

PAPELEOS



En el pueblo había una joven sobradamente preparada que lo sabía prácticamente todo. Sin embargo, era una persona de escasos principios, consumía periódicos en función de criterios insostenibles. Compraba los de grapas cuando arreciaba fuerte el viento, y los domingos de paella elegía los amarillos, los sensacionalistas. La prensa rosa la dejaba para cuando se hacía mechas de colores, y entre semana seguía la diversidad informativa de otros diarios en las cafeterías. No se identificaba con ninguno, todos le valían, incluso los desfasados que amontonaba en la buhardilla. Esos, los extendía sobre el suelo para que nadie pisoteara lo fregado.

viernes, 20 de marzo de 2015

AROMAS DE PAPEL



Algunos libros huelen que alimentan. Sobre todo los que me deja mi madre sobre la mesita de noche. Desprenden el aroma característico de su cocido, de su tortilla de patatas recién hecha, de sus albóndigas o la fragancia de ese caldo que elabora concienzudamente aprovechando los esqueletos del pollo. Mi nariz se hunde en sus páginas y resucito, me transportan, me llenan. Alguna vez me he encaprichado con el olor a nuevo de los recién comprados en librerías, o con el perfume vetusto de los prestados en bibliotecas; y no están mal. Pero como los de casa, en ningún sitio.

martes, 17 de marzo de 2015

METAMORFOSIS



Tener a presos encerrados la mayor parte del día durante toda su condena es aniquilarlos. Todo depende del tiempo recluido, aunque la capacidad de algunos reos en remontar las adversidades es sorprendente; así lo atestiguan algunos vigilantes de prisiones de alta seguridad. Aseguran que una vez han traspasado la franja de la locura, en su adaptación por seguir viviendo y solo durante varias horas, la fragilidad de sus cuerpos se ve sometida a una virulenta metamorfosis que, lejos de acabar con ellos, los transforma en feroces cuadrúpedos a los que solo es posible apaciguar por medio de cachiporrazos de plata.

domingo, 15 de marzo de 2015

ENTRAR AL TRAPO



El trapo revelaba la cartografía de un paisaje urbano. Su interpretación por aquella amalgama de manchas indicaba el itinerario hasta la Plaza del Hoyo de mi localidad. Extendí el paño tiznado sobre el banco de cocina como quien despliega un plano callejero y, delante de mi mujer e hijos, recorrí con el dedo los recovecos que formaban entre sí aquellos lamparones de suciedad. Corroboraron la correspondencia con las calles que les iba señalando: Inmaculada, Virgen de la Maraña, Salsipuedes, Engaño, incluso con el Paseo del Tropezón, pero con el agujero que situaba la citada plaza no quisieron entrar al trapo.