sábado, 21 de febrero de 2015

EL HORARIO

Pedro y Julia eran un claro ejemplo de enfriamiento progresivo ya que, como suele decirse, habían caído en la rutina. Se querían, pero su pasión había mermado bastante al no esforzarse en mantenerla. Expresar sus sentimientos les cansaba y hacerlo por medio de la actividad amatoria aún más. Conscientes de su falta de interés, decidieron ponerle remedio y se ayudaron de un simple organigrama que distribuía en franjas horarias las diversas muestras de cariño que podían mostrarse durante la semana. Así, aunque fueran tareas controladas, sabían que esa noche por ejemplo tenían, de 21 a 22 horas, caricias y besos. 

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